lunes, 28 de abril de 2008

Sobre un inicio para la lectura hipertextual


En la última sesión presencial, a propósito de la cinta de Möbius, que no tiene principio ni final, llegamos tras larga discusión a concluir que la lectura hipertextual sí tiene principio. Comparte la característica de infinitud de su recorrido, pero tiene un inicio.

Creo que deberíamos matizar esta cuestión. La lectura del hipertexto tiene lo que podríamos llamar un "punto de ataque" al corpus indefinido del hipertexto. Un resquicio, un arañazo sobre su superficie desde el que empezamos la lectura. Es evidente que no podemos leer sincrónicamente un cuerpo infinito desde todas sus partes, necesitamos comenzar, de entre todos los segmentos posibles, por una lexia en concreto.

Por lo que el hipertexto tiene un inicio inmotivado, azaroso, "uno cualquiera" de entre múltiples posibles. Tiene un inicio indefectible en tanto dispositivo, en tanto artefacto, pero no en tanto a su propia lógica estructural.

El hipertexto tiene un inicio, de lo que carece es de un inicio concreto. Como si pudiésemos comenzar un libro sorteando sus páginas al azar, parando en una cualquiera, comenzando por un párrafo cualquiera y por una línea cualquiera.



lunes, 21 de abril de 2008

Tranqui, colega, el hipertexto es el culpable

Un nuevo ejemplo del concepto de texto cooperativo. Como caería en un texto apologético que tampoco tiene demasiado interés, y porque no necesitan demasiada presentación, me trabaré la lengua y me limitaré a decir que esta nueva conquista de la maraña del hipertexto se ubica en esa fábrica de ideas que gravita entorno a la mente de Julián Hernández, el grupo vigués Siniestro Total.

De todos será sabida la ironía y el labrado sentido del humor que plagan sus temas (para muestar un botón: "nada es lo mismo que nihilismo (bis) /¿usted no nada nada?/es que yo no traje traje") Pues ahora Siniestro deja la puerta abierta, le da la vuelta al micrófono como en aquel infame anuncio de teléfonos, y crea un apartado en su web ("dame una canción") cuya finalidad es llegar, mediante múltiples aportaciones libres, a una letra colectiva para un tema musical. A conformar de entre todos los textos recibidos, supongo que mediante un proceso de selección y filtrado que no aclaran, una letra, un texto frankensteiniano compuesto de múltiples fragmentos y aportaciones de autores diversos.

Redunda este ejemplo en ciertas características del hipertexto de las que ya hemos hablado: dilución de la figura del autor, maraña, erosión del sentido único, etc. etc.

Por si alguien quiere dejar su granito de arena a Julián, Soto, González y cía, aquí el link:
http://www.siniestrototal.com/cgibin/cancion.cgi

martes, 8 de abril de 2008

El concepto de orden y los perros pianistas


"Consideremos ahora el concepto de "orden", derivado de las ciencias de la vida. ¿Podemos dar una definición satisfactoria de este concepto? Hablamos de una ordenada disposición de objetos cuando cada objeto está en el lugar determinado por su relación con todos los demás. Así, el conjunto de objetos arrojados al azar en un cuarto de trastos viejos no presenta orden alguno, inversamente al de nuestra sala. De la misma manera, hablamos de una marcha ordenada de acontecimientos (Head) cuando cada suceso particular acontece en su momento preciso, en su lugar preciso, y en la forma precisa, pues todos los otros sucesos también tienen lugar en el lugar preciso, en el lugar preciso y en la forma precisa. Una marcha ordenada de sucesos es, por ejemplo, el movimiento de las teclas del piano cuando lo toca un pianista; tiene lugar, en cambio, una mera serie de sucesos, carentes de todo orden, cuando las teclas son movidas por un perro que corre sobre el teclado"
Koffka, Kurt, Principios de la psicología de la forma, Buenos Aires, Paidós, 1973, pág. 31



Partiendo de nuestra concepción general del hipertexto como una narración eminentemente desordenada, sin jerarquización de los acontecimientos, carente de principios indiciales, y de acuerdo con Koffka, el hipertexto se parecería formalmente al paso de un perro sobre el teclado de un piano. En este sentido, no es de nuevo nada ajeno a la adscripción de ciertas vanguardias, buscando la arriesgada entrada del azar en los principios estructurales de la obra de arte. Así, si la música se abrió al ruido y la pintura a la abstracción, se desarrolló, a partir de la narración lineal, el hipertexto.
De acuerdo a Koffka, la estructura ordenada lo está por una imbricación intrínseca relacional entre sus elementos compositivos, cada componente está ubicado en un lugar motivado y concreto, definido por la posición relativa del elemento en función de los demás. Es evidente que las ramificaciones hipertextuales no solo no funcionan así, sino que se oponen radicalmente a esta estructuración.
Koffka pensaba aquí en el principio de orden como principio clave de la teoría perceptiva de la Gestalt, pero en este sentido, podríamos convenir que el hipertexto se opone precisamente a esta noción de orden, de causa.
El hipertexto parece violentar todo cuanto define a la narración anterior: estructura, lectura, autor, jerarquía entre núcleo y catálisis...